El ansia por crecer en número de fans, lleva a ciertas marcas a la compra de Me gustas a través de diferentes páginas. A priori puede parecer una medida efectiva, pues el crecimiento exponencial es inmediato, pero conlleva riesgos.
La caída en el alcance orgánico de las páginas de Facebook es una realidad. El Facebook Zero como se la ha venido denominando, ya esta aquí. En este post no queremos hablar de la difusión de las publicaciones, un problema muy tratado ya en otras foros, nos centraremos en el momento en que empezamos una página y nos encontramos con lo difícil que es conseguir seguidores.
En el arranque de una nueva página de Facebook, el contador de seguidores avanza lentamente y la presión por conseguir comunidad, puede llevarnos a hacer trampas y comprar lotes de seguidores en webs que ofrecen esta posibilidad. Esta es una estrategia que puede llevarnos al fracaso total y al peligro de tener una página que sea un auténtico problema para la marca.
Para una marca o empresa una súbida rápida de seguidores ha de ser motivo de desconfianza, ya que tras ellos puede encontrarse esta peligrosa práctica, que trae consigo un riesgo para su propia reputación, con consecuencias de entre las que nosotros destacamos las que consideramos las más importantes:
La primera consecuencia de comprar fans en Facebook nos sitúa en el EdgeRank: el algoritmo con el que Facebook mide el interés que generan los contenidos de las páginas, en base a la interacción generada. De forma muy simplificada podemos decir que contar con miles de fans en un página, pero con un nivel de actividad cero en la misma, provoca que, dada la falta de interacción observada por parte de la comunidad, Facebook estime que las publicaciones de la página carecen de interés, y por tanto la difusión orgánica de la página se verá mermada cada vez con más fuerza.
Con la compra de Me gustas, la credibilidad de la marca corre peligro. Debemos tener claro que una página de Facebook de un negocio o marca personal viene a ser su escaparate. Con esta práctica se consigue un alto número de fans, pero no una participación activa, por lo que se transmitirá una imagen pobre de la marca, apoyada en una comunicación que, a la vista de su público, no logra generar interés.
El principal atractivo de este canal de comunicación con el público de una marca, es poder extraer información de carácter analítico relativa al perfil de consumidor, tales como la edad, la localización geográfica sus gustos etc. Recurriendo a la compra de fans se tira por tierra esta posibilidad, y con ella las oportunidades de marketing asociadas a los intereses de los consumidores.
No debemos olvidarnos de la herramienta propia de Facebook para la promoción de noticias o productos, Facebook adds. Esta herramienta nos aporta una amplia segmentación de públicos a los que dirigirse al lanzar una promoción. En relación a esta herramienta, la compra de Me Gustas trae consigo consecuencias directas sobre el coste y la efectividad de la promoción.
El aumento del coste de dichas promociones se produce dado que Facebook calcula este en base al número de seguidores que tenga una marca: a mayor número de seguidores, mayor coste de la promoción. En este sentido, debemos añadir que, tal coste será todavía mayor, si la promoción está orientada de forma exclusiva a los seguidores con los que ya cuenta la página, ya que el universo es mayor.
El aumento del coste está justificado por el número de fans a los que se dirige, pero estos fans, debemos recordar son falsos y por tanto, suponen una inversión fallida, orientada a perfiles con un alto coste de conexión, tras los que nos se esconde ningún cliente actual ni futuro.
A todo ello, debemos sumar la posibilidad de que Facebook detecte el fraude, y elimine estos fans, por lo que a las consecuencias mencionadas, debemos sumarle, encontrarnos nuevamente ante el punto de partida, pero con la credibilidad de nuestra marca en grave peligro.